A la hora de la tarde aparece en escena el Gran Dictador para avalar a la multitud que cegadamente lo avala o lo areina. En su discurso largísimo como siempre hace, repartió insultos a todo el mundo, no se salvo ni Lula (presidente de Brasil) ni nungún otro.
Pero su rostro demostraba otra cosa, miren la foto y veran un rostro demacrado: ¿Qué le pasa al dictador?:

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